Bajo
ese título, Jodi Ellen Malpas ha publicado una trilogía que la ha convertido,
según el público y los medios, en la nueva reina de las novelas eróticas. Confesión es el último volumen de la
saga protagonizada por Jesse Ward y Ava O’Shea, tras Seducción y Obsesión, y
está recién aterrizado en las librerías españolas de la mano de Editorial
Planeta.
Sin
embargo, todo esto empezó cuando, después de acumular rechazos de distintas
editoriales inglesas, Malpas optó por autoeditarse digitalmente Seducción. Y fue tal el éxito que obtuvo
y la gran acogida de sus lectores, que no le quedó más remedio que escribir y
publicar el resto de la historia, ya con traducciones a varios idiomas. Y con
ella se ha mantenido en los primeros puestos de las listas de ventas desde
entonces.
![]() |
Jodi Ellen Malpas, autora de la saga Mi hombre |
Ava
O’Shea es una joven de 26 años, diseñadora de interiores para Rococo Union, que
vive en Londres, en casa de su mejor amiga, Kate, tras terminar una relación de
cuatro años con Matt, debido a las continuas infidelidades por parte de él.
Un día,
tras el éxito que está cosechando su primer gran trabajo, la decoración de un
edificio de lujo, el Lusso, Ava es requerida por un nuevo cliente, éste ha
pedido explícitamente que sea ella quien se encargue del proyecto.
Cuando
Ava llega a la dirección donde tendrá lugar la reunión con el cliente, se
encuentra con una especie de hotel llamado La Mansión. Allí, desde el primer
momento, un hombre enorme, serio y muy intimidador la acompaña hasta la oficina
del dueño, Jesse Ward, donde Ava sufre una especie de divertido colapso mental
y casi físico por la inmediata atracción que siente hacia él.
“Es muy
alto. Lleva las mangas de la camisa blanca recogidas, pero conserva la corbata
negra, aflojada, colgando delante del ancho tórax.
Rodea el enorme
escritorio y camina despacio hacia mí. Es entonces cuando recibo el verdadero
impacto. Trago saliva. Este hombre es tan perfecto que casi me resulta
doloroso. Tiene el pelo rubio oscuro y da la sensación de que haya intentado
arreglárselo de alguna manera pero haya desistido. Sus ojos son verde pardusco,
pero brillantes y demasiado intensos, y la sombra que le cubre la mandíbula
cuadrada no logra ocultar los hermosos rasgos que hay debajo. Está ligeramente
bronceado y tiene el punto justo de… Ay, dios mío, es devastador. ¿El señor de
La Mansión?”
Seducción
Y
parece que el sentimiento es mutuo, pero hay unos pequeños e insignificantes
detalles que hacen huir a Ava de él. Jesse Ward, además de ser bastante mayor
que ella, es un seductor consciente de su poder y eso es justo lo último que
ella necesita en ese momento de su vida. A no ser que se lo plantee como un
pasatiempo eventual o, como ella misma dice, “un polvo de una noche”. Por lo
menos, esa era la idea inicial. Pero pasarán muchas más cosas de las previstas
y los secretos de Jesse irán apareciendo de tal manera que los golpes de efecto
que producen en el ritmo de la historia dejan al lector ojiplático más de una
vez.
En
cuanto a los personajes, Ava O’Shea es rebelde, se opone a todo por naturaleza,
por instinto. Está comenzando su vida de adulta, hace poco que terminó la
universidad y entró en el mundo laboral, que ahora comienza a dar sus frutos.
Enlazó dos relaciones de larga duración y ambas fueron un fracaso, así que
siente que necesita un tiempo para estar sola, para sentirse realmente
independiente. La aparición de Jesse en su vida no entra en sus planes de
ningún modo.
Él,
Jesse Ward, como decíamos unas líneas antes, es un misterio que calla
muchísimas cosas y varias son de gran importancia para su relación. Pero eso
tendrá que ir descubriéndose con la lectura. Sin embargo, si hay que comentar
algo de él, en contraposición a Ava, es su terrible obsesión por controlarla.
Es muy protector y dominante con ella, pasa por encima de su voluntad y la de
cualquiera con tal de conseguir lo que quiere y lo que quiere es tenerla para
él todo el tiempo que sea posible.
“—Vale,
esta vez no he sido yo quien te ha dejado cansada, así que ¿te importaría
decirme quién te tiene jadeando como si no hubieses parado de follar en una
semana? —Sonrío. Su voz me causa mucha alegría después del desastre de los
últimos veinte minutos—. ¿Qué son todos esos pitidos? —pregunta.
—He venido
con Kate a entregar una tarta y estamos bloqueando la carretera —explico, pero
me distrae un hombre de negocios rechoncho, medio calvo y de mediana edad que
se acerca con cara de pocos amigos.
—¡Aparta
la furgoneta, pedazo de imbécil! —brama mientras hace aspavientos con los
brazos.
«Mierda.
¡Kate, date prisa!»
—¿Quién
coño es ese? —grita Jesse desde el otro lado de la línea.
—Nadie
—contesto.
El gordo
pelón da una patada a la rueda de Margo.
—¡Apártate,
zorra!
Maldita
sea, es un hombre de mediana edad con alopecia y está muy cabreado.
Jesse
gruñe.
—Dime que
no ha dicho lo que acabo de oír. —Su voz se ha tornado agresiva.
—Tranquilo.
Kate ya viene de camino —miento rápidamente.
—¿Dónde
estás?
—No lo sé,
en alguna parte de Belgravia. —La verdad es que no me he fijado mucho. Estaba
demasiado ocupada rodando por Margo
como para fijarme en los nombres de las calles.
El gordo
calvo me empuja.
—¿Estás
sorda, zorra estúpida?
Mierda, va
a atizarme. Jesse hiperventila al otro lado del teléfono y, de repente,
desaparece. Miro la pantalla y veo que ha finalizado la llamada […]
Pero
parece ser que no está dispuesto a dejar que me libre de él, así que choco
contra su cuerpo gordo y sudoroso cuando llego a la puerta del conductor.
—¡Ay!
—grito, y me alcanza una bocanada de rancio olor corporal.
Me agarra
del brazo y me aprieta con fuerza.
[…] Los ojos se me llenan de lágrimas de terror y
sigo pegada a la puerta de Margo sin
saber qué hacer. Es un tipo muy agresivo, seguro que maltrata a su mujer.
—¡Quítale las manos de encima!
El rugido que inunda el aire bloquea el sonido del
tráfico de Londres y los pitidos de los coches. También hace que se me doblen
las rodillas de alivio […]
La cabeza gorda y espantosa de don Calvorota se
vuelve hacia Jesse y una expresión de pánico profundo se apodera al instante de
sus sudorosas facciones. Ha dejado de apretar. Me suelta, se aparta de Margo y empieza a evaluar la montaña
alta y musculosa que avanza como un rayo hacia nosotros. Su feo rostro delata
su intención de salir pitando, pero...”
Seducción
Aunque
eso no significa que la maltrate ni la humille en ningún momento o, al menos,
ella no lo siente así. Sencillamente, le exige que lo obedezca y cuando Ava
ignora sus peticiones… la castiga con una sesión de cosquillas o de sexo hasta
obtener un acuerdo positivo para él. Lo que da lugar a una serie de variantes
que ellos mismos llaman: el polvo de entrar en razón, el polvo recordatorio, el
polvo soñoliento, el polvo de disculpa, el polvo de represalia… Y no es que
Jesse no le de oportunidades, de hecho, la mayoría de estos tratamientos
correctivos vienen precedidos de una cuenta atrás. ¡Pero ella se lo pasa tan
bien desafiándolo!
“Soy tan patética como
Jesse por hacer esto, estoy provocándolo a propósito. Estamos hablando del
hombre que me obligó a dormir con un jersey de invierno en primavera porque
había otro hombre en el apartamento. ¿Es necesario esto? Decido que sí. No
puede seguir comportándose así.
Me peleo con el
vestido y con la cremallera cuando se cruza con la costura a la altura del
pecho. No voy a rendirme. Una vez subida me quedará bien. Estiro la parte
delantera. Es muy agradable al tacto.
Descorro la cortina y
me coloco frente al espejo de cuerpo entero para poder verme bien. ¡Vaya! Me
queda genial. Es muy favorecedor, resalta mi piel de color aceituna y mi pelo
oscuro.
—¡Jesús, María y José!
Me vuelvo y veo a
Jesse con las manos hundidas en el pelo, dando vueltas de un lado a otro. Es
como si le hubieran dado una descarga con una pistola eléctrica. Se para, me
mira, abre la boca, la cierra de golpe y empieza a dar vueltas otra vez. La
verdad es que me hace bastante gracia.
Se detiene y me mira
con los ojos como platos, traumatizado.
—No vas a… No puedes…
Ava… nena… ¡No puedo mirarte!
Se marcha
recolocándose la entrepierna, murmurando no sé qué mierda sobre una mujer
intolerable e infartos. Me quedo de nuevo a solas con el vestido.
La dependienta se me
acerca con cautela.
—Está usted increíble
—dice no muy alto, y después mira hacia atrás por si Jesse está cerca.
—Gracias. Me lo llevo.”
Seducción
Como
parte del entorno de Ava O’Shea, el lector encuentra personajes tan divertidos
y entrañables como su mejor amiga, la descarada Kate, o los compañeros de
trabajo: Patrick, el jefe bonachón; Tom, el gay estridente; Victoria, la barbie “naranja” y Sally, la tímida
secretaria. Y, desde la parte del más que misterioso Jesse, están: John, su
mano derecha; el despreocupado y atractivo Sam; Drew, un amigo asiduo a La
Mansión; y Sarah, la asistente de Jesse y por quien Ava siente un rechazo
instantáneo. Pero a lo largo de los tres libros irán apareciendo más personajes,
algunos amigos y otros… amenazas.
Narrada
en primera persona a través de la voz de Ava —lo que le da un estilo fresco, desenfadado
y bastante cómico—, durante un presente que se desarrolla en Londres casi por
completo, la trilogía tiene una serie de escenarios muy concretos, todos ellos
son interiores, salvo por las carreras matutinas en St. James Park o alguna que
otra localización que no podemos desvelar. Así que el ático del Lusso, la casa
de Kate, La Mansión, las oficinas de Rococo Union y el Baroque son los
principales y recurrentes a lo largo de toda la historia.
Y sí,
si Jodi Ellen Malpas es reconocida ahora por haber destronado a E. L. James o a
otras autoras de novela erótica, se deba a que esta trilogía, además de todo lo
anteriormente comentado, contiene descripciones sexuales explícitas. De hecho,
ese aspecto de la relación entre Jesse y Ava es muy importante, porque a él le
cuesta demasiado hablar y lo utiliza como arma de negociación o de persuasión
con ella.
“Me
sorprendo a mí misma moviéndome contra sus sacudidas pausadas, invitándolo a
acelerar el ritmo. Este placer inesperado es increíble, y estoy al borde de
tener el orgasmo más intenso de mi vida. Ni siquiera puedo creerme que lo esté
haciendo. Necesito más.
—Sigue. —Pronuncio la
palabra que jamás creí que diría.
—Sí, nena. ¿Te falta
mucho?
—¡No! —grito, y me
empotro contra él. Oigo sus gemidos mientras me coloca una mano sobre el hombro
y la otra entre las piernas—. ¡Más fuerte! —grito. Lo necesito.
—¡Joder, Ava!
—exclama, y me penetra con más ímpetu, agarrado de mi hombro y trazando
círculos con el dedo sobre mi clítoris palpitante.
Lanzo la cabeza hacia
atrás.
—¡Me viene! —grito.
—¡Espera! —me ordena.
Siento que su polla se
hincha y se estira mientras continúa acelerando. Estoy ida de placer, casi
delirante, y justo cuando creo que voy a desmayarme, brama:
—¡Ahora!
Y me dejo llevar.”
Seducción
Hasta
aquí los rasgos generales de la trilogía, que se desarrollan básicamente desde
el principio. Pero ahora vamos a pararnos en cada uno de los libros, con lo
cual, dependiendo de hasta cuál hayáis llegado, tendréis que parar de leer en
un punto o en otro de la reseña para no destruir la sorpresa del descubrimiento
durante la lectura de cualquiera de los libros. Aunque, tranquilos, iremos
avisando. De hecho, si no habéis empezado aún con la trilogía, ¡alto! Id a por
ella y cuando hayáis acabado el primero, podréis seguir desde este punto.
SPOILERS de Seducción
![]() |
Seducción, imagen de cubierta |
Al
final de Seducción, Jesse y Ava quedan
separados al descubrirse el secreto del verdadero negocio al que se dedica el
señor Ward. La Mansión no es un hotel de lujo, ¡pero tampoco es un prostíbulo!
Sencillamente, es un club de sexo donde los socios, personas adultas, van a
disfrutar de lo que más les gusta a ese respecto, ya sean orgías,
sadomasoquismo o cualquier otra variante. Aunque, claro, a Ava casi le da un
síncope al descubrirlo y rompe con Jesse. Pero luego intenta hablar con él y va
al Lusso. El problema es que lo encuentra borracho y éste, en lugar de recibirla
con los brazos abiertos, se comporta de una forma cruel con ella por primera
vez.
Y, con
ese final, empieza Obsesión. La
segunda entrega es la del arrepentimiento. A Ava le toca ser adulta y luchar
por lo que quiere. Y ya sabe, sin lugar a dudas, que Sarah es una lagarta con
un objetivo muy concreto: el señor de La Mansión. Además, el lector se va encariñando
más con Kate y Sam, que se traen unos jueguecitos más peligrosos de lo que se
piensan. Mikael Van der Haus —¡juas!— guarda secretos y aparece una cliente
nueva para Ava, la cansina de Ruth
Quinn.
¡Pero!
Como ya la perdió una vez y teme volver a hacerlo, la obsesión por controlar y
proteger a Ava tiene a Jesse en un sinvivir toda la novela. Se va a ver la manipulación
en estado puro de él contra la rebeldía cada vez más astuta de ella.
“Cierra los ojos con fuerza y tensa los músculos
de la mandíbula.
—¡Quítame las esposas, Ava! —masculla con los
dientes apretados.
No podía esperar una respuesta mejor. Haré que me
diga cuántos años tiene aunque tenga que mantenerlo así toda la mañana. De
hecho, espero que aguante un rato. Creo que voy a disfrutarlo.
Apago el vibrador, lo dejo sobre la cama y abre
los ojos lentamente. Espero a que encuentren los míos.
—¿Vas a decirme cuántos años tienes? —pregunto
con total compostura.
—De eso, nada.
—¿Por qué te empeñas en ser un capullo cabezota?
—inquiero. Es difícil disimular mi tono de enfado. No quiero que crea que me
está sacando de quicio, pero incluso ahora se está comportando de un modo
imposible.
—¿No soy tu dios cabezota? —replica con una
pequeña sonrisa de satisfacción.
Le voy a borrar esa sonrisa de la cara. Me pongo
de rodillas y le sostengo la mirada mientras me meto los pulgares por el
elástico de las bragas de encaje.”
Obsesión
Y…
aunque Jodi Ellen Malpas va dando pequeños giros al argumento, más o menos
inesperado, la bomba cae hacia el final. El último 20% de Obsesión hay que leerlo del tirón, a un ritmo frenético porque el
ansia por saber qué sucede o qué ha sucedido, más bien, no deja parar hasta que
no se cierra la tapa. Y, aún así, en ese momento seguramente que millones de
lectores esperaron a hacerse con la tercera entrega porque… TODAVÍA sigue
habiendo muchos secretos, cosas que no cuadran, motivaciones sin explicación…
pero ahora pueden saciar su curiosidad con Confesión.
SPOILERS de Obsesión
![]() |
Obsesión, imagen de cubierta |
Al
acabar Obsesión, se queda un gusto un poco amargo. Es terrible que la
dependencia que ha desarrollado Jesse por el amor de Ava lo lleve a
autodestruirse, bien sea bebiendo y acostándose con otras mujeres
indiscriminadamente o bien, pidiéndole a la “zorra descarada” de Sarah que lo
azote hasta perder el sentido. Aunque tanto eso como la dolorosa muestra de
amor de Ava sirven para que la pareja se afiance y puedan seguir evolucionando.
El
lector sigue sin saber quién ha drogado a Ava y para qué, pero los candidatos
cada vez son más. Parece que a estos chicos los rodean personas muy leales y
otras con intenciones de lo más oscuras. ¡Aunque por fin se descubre cuántos
años tiene!
Con eso
y la proposición de matrimonio de Jesse, termina Obsesión y comienza Confesión.
Es el mismo día de la boda y están todos en La Mansión, los padres de Ava
incluidos, pero se supone que piensan que es un hotel de lujo, nada más. Y Ava
espera que siga siendo así durante toda la celebración, pero ese no será el
único contratiempo que surja antes de que los novios abandonen la fiesta.
Y luego
vendrán sorpresas y más sorpresas. No todas serán buenas, por más que ambos
intenten permanecer juntos, el peligro acecha, reaparecen personajes del
pasado, qué ha sucedido con las píldoras anticonceptivas, los errores buscan
compensación… Y descubrir la verdad duele, aunque por fin Ava consiga
comprender a Jesse en todas sus dimensiones.
SPOILERS de Confesión
![]() |
Confesión, imagen de cubierta |
Te has
leído las 544 páginas de Seducción y
las 581 de Obsesión, son más de 1100
páginas con Jesse Ward y Ava O’Shea, ¿y te vas a quedar con las ganas de saber
los porqués? ¿Por qué él tiene esa consideración con Sarah? ¿Por qué no se
habla con sus padres? ¿Por qué alguien le echa la droga de los violadores a Ava
en la bebida? Y, sobre todo, ¿por qué Jesse es tan controlador con ella y solo
con ella?
Una
sugerencia… hay 590 páginas esperándote y no llevan el título de Confesión en vano.
Aquí un
mini adelanto con el toque cómico que se refleja entre todo el drama y el sexo
que hay en la trilogía.
“Vuelvo
a sentarme sobre su cintura y le cojo la cara entre las manos.
—¿Quieres que me la meta en la
boca?
Lo beso… con fuerza.
—Sí.
—¿Quién manda aquí, Jesse?
Sonrío contra su boca y vuelvo a
descender por su cuerpo. Libero su polla, la chupo y la mordisqueo, lamo la
punta y luego el tronco entero.
—Joder —gruñe—. Por Dios, Ava.
Tu boca es alucinante.
—¿Te gusta? —pregunto
metiéndomela hasta la mitad y luego volviendo a sacarla.
—Demasiado. Ya sé por qué me he
casado contigo.
Le doy un mordisco de
advertencia.
—¿Entera?
—Sí.
La envuelvo con la boca y me la
meto hasta el fondo, hasta que choca contra mi garganta. Gime con fuerza y
empuja con las caderas. Intento relajar la boca, aceptar la invasión, pero los
reflejos me fallan y de repente estoy a punto de vomitar.
¿Qué me pasa?
[…] Si apenas había empezado. Me
la he metido en la boca miles de veces y nunca me había pasado esto.”
Confesión
Y, como
diría Jesse, “mi trabajo aquí ha terminado”.
¡Seguid leyendo!
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
Jo, yo no pude pasar del principio del primer libro >_<
ResponderEliminarNo es que me pareciese horrible, es que en ese momento no tenía muchas ganas de leer algo de este estilo, y eso de que Ava diese por sentado que la tipa esa era la novia de Jesse, me pareció excesivamente tontuno por su parte... no sé, no empatizaba con ella y lo dejé.
Pero leyendo algunas citas del libro que has puesto... seguro que lo hubiera disfrutado si me apeteciese leer algo así! jajaja Eso de que él vaya como loco a defenderla me mola!
No sé, tal vez algún día en un futuro me de por ahí y lo lea, quien sabe...
Cada libro tiene su momento. Y la trilogía de Mi hombre va de lo que cuento en la reseña, es algo que me gusta dejar claro para que la gente sepa lo que va a encontrarse cuando abra el libro. Así que si no es la temática que te apetece, déjalo para cuando surja ese momento. ;)
ResponderEliminarCon respecto a lo que dices de Ava, sí... al principio es bastante desconcertante, piensas "pero, pero, peroooo... ¿y esta chica?". Sin embargo, según avanzas en la lectura, te resultan divertidos. Él tan mandón y controlador y ella, que ya le ha cogido el punto, se comporta de forma rebelde solo para provocarlo y disfrutar.
¡Un abrazo!
Cuantos años tiene Jesse? Por dios no me aguanto mas la intriga!!
ResponderEliminar¡Ánimo, anónimo! Al final, es un dato que deja de tener importancia por todo lo demás que los rodea. Pero si te sirve de consuelo, Jesse está en una edad estupenda. ;)
ResponderEliminarMe pareció perfecta la trilogía, pero no en concreto tomando en cuenta el abandono de escena que tuvo Dan casi ante final del libro y no entiendo por que yessi no le contó toda la verdad a ava sobre que el hermano de ella es imprudente y que ya a tenido que salvarle el pellojo varias veces ???
ResponderEliminar,Pienso que este ultimo libro no ha sido el final y que la escritora tiene algo guardado para nosotros los lectores, que me encantara leer .