20 febrero 2014

Mi hombre

Bajo ese título, Jodi Ellen Malpas ha publicado una trilogía que la ha convertido, según el público y los medios, en la nueva reina de las novelas eróticas. Confesión es el último volumen de la saga protagonizada por Jesse Ward y Ava O’Shea, tras Seducción y Obsesión, y está recién aterrizado en las librerías españolas de la mano de Editorial Planeta.

Sin embargo, todo esto empezó cuando, después de acumular rechazos de distintas editoriales inglesas, Malpas optó por autoeditarse digitalmente Seducción. Y fue tal el éxito que obtuvo y la gran acogida de sus lectores, que no le quedó más remedio que escribir y publicar el resto de la historia, ya con traducciones a varios idiomas. Y con ella se ha mantenido en los primeros puestos de las listas de ventas desde entonces.

Jodi Ellen Malpas, autora de la saga Mi  hombre

Ava O’Shea es una joven de 26 años, diseñadora de interiores para Rococo Union, que vive en Londres, en casa de su mejor amiga, Kate, tras terminar una relación de cuatro años con Matt, debido a las continuas infidelidades por parte de él.

Un día, tras el éxito que está cosechando su primer gran trabajo, la decoración de un edificio de lujo, el Lusso, Ava es requerida por un nuevo cliente, éste ha pedido explícitamente que sea ella quien se encargue del proyecto.

Cuando Ava llega a la dirección donde tendrá lugar la reunión con el cliente, se encuentra con una especie de hotel llamado La Mansión. Allí, desde el primer momento, un hombre enorme, serio y muy intimidador la acompaña hasta la oficina del dueño, Jesse Ward, donde Ava sufre una especie de divertido colapso mental y casi físico por la inmediata atracción que siente hacia él.

“Es muy alto. Lleva las mangas de la camisa blanca recogidas, pero conserva la corbata negra, aflojada, colgando delante del ancho tórax.
Rodea el enorme escritorio y camina despacio hacia mí. Es entonces cuando recibo el verdadero impacto. Trago saliva. Este hombre es tan perfecto que casi me resulta doloroso. Tiene el pelo rubio oscuro y da la sensación de que haya intentado arreglárselo de alguna manera pero haya desistido. Sus ojos son verde pardusco, pero brillantes y demasiado intensos, y la sombra que le cubre la mandíbula cuadrada no logra ocultar los hermosos rasgos que hay debajo. Está ligeramente bronceado y tiene el punto justo de… Ay, dios mío, es devastador. ¿El señor de La Mansión?”
Seducción

Y parece que el sentimiento es mutuo, pero hay unos pequeños e insignificantes detalles que hacen huir a Ava de él. Jesse Ward, además de ser bastante mayor que ella, es un seductor consciente de su poder y eso es justo lo último que ella necesita en ese momento de su vida. A no ser que se lo plantee como un pasatiempo eventual o, como ella misma dice, “un polvo de una noche”. Por lo menos, esa era la idea inicial. Pero pasarán muchas más cosas de las previstas y los secretos de Jesse irán apareciendo de tal manera que los golpes de efecto que producen en el ritmo de la historia dejan al lector ojiplático más de una vez.

En cuanto a los personajes, Ava O’Shea es rebelde, se opone a todo por naturaleza, por instinto. Está comenzando su vida de adulta, hace poco que terminó la universidad y entró en el mundo laboral, que ahora comienza a dar sus frutos. Enlazó dos relaciones de larga duración y ambas fueron un fracaso, así que siente que necesita un tiempo para estar sola, para sentirse realmente independiente. La aparición de Jesse en su vida no entra en sus planes de ningún modo.

Él, Jesse Ward, como decíamos unas líneas antes, es un misterio que calla muchísimas cosas y varias son de gran importancia para su relación. Pero eso tendrá que ir descubriéndose con la lectura. Sin embargo, si hay que comentar algo de él, en contraposición a Ava, es su terrible obsesión por controlarla. Es muy protector y dominante con ella, pasa por encima de su voluntad y la de cualquiera con tal de conseguir lo que quiere y lo que quiere es tenerla para él todo el tiempo que sea posible.

“—Vale, esta vez no he sido yo quien te ha dejado cansada, así que ¿te importaría decirme quién te tiene jadeando como si no hubieses parado de follar en una semana? —Sonrío. Su voz me causa mucha alegría después del desastre de los últimos veinte minutos—. ¿Qué son todos esos pitidos? —pregunta.
—He venido con Kate a entregar una tarta y estamos bloqueando la carretera —explico, pero me distrae un hombre de negocios rechoncho, medio calvo y de mediana edad que se acerca con cara de pocos amigos.
—¡Aparta la furgoneta, pedazo de imbécil! —brama mientras hace aspavientos con los brazos.
«Mierda. ¡Kate, date prisa!»
—¿Quién coño es ese? —grita Jesse desde el otro lado de la línea.
—Nadie —contesto.
El gordo pelón da una patada a la rueda de Margo.
—¡Apártate, zorra!
Maldita sea, es un hombre de mediana edad con alopecia y está muy cabreado.
Jesse gruñe.
—Dime que no ha dicho lo que acabo de oír. —Su voz se ha tornado agresiva.
—Tranquilo. Kate ya viene de camino —miento rápidamente.
—¿Dónde estás?
—No lo sé, en alguna parte de Belgravia. —La verdad es que no me he fijado mucho. Estaba demasiado ocupada rodando por Margo como para fijarme en los nombres de las calles.
El gordo calvo me empuja.
—¿Estás sorda, zorra estúpida?
Mierda, va a atizarme. Jesse hiperventila al otro lado del teléfono y, de repente, desaparece. Miro la pantalla y veo que ha finalizado la llamada […]
Pero parece ser que no está dispuesto a dejar que me libre de él, así que choco contra su cuerpo gordo y sudoroso cuando llego a la puerta del conductor.
—¡Ay! —grito, y me alcanza una bocanada de rancio olor corporal.
Me agarra del brazo y me aprieta con fuerza.
                […] Los ojos se me llenan de lágrimas de terror y sigo pegada a la puerta de Margo sin saber qué hacer. Es un tipo muy agresivo, seguro que maltrata a su mujer.
                —¡Quítale las manos de encima!
                El rugido que inunda el aire bloquea el sonido del tráfico de Londres y los pitidos de los coches. También hace que se me doblen las rodillas de alivio […]
                La cabeza gorda y espantosa de don Calvorota se vuelve hacia Jesse y una expresión de pánico profundo se apodera al instante de sus sudorosas facciones. Ha dejado de apretar. Me suelta, se aparta de Margo y empieza a evaluar la montaña alta y musculosa que avanza como un rayo hacia nosotros. Su feo rostro delata su intención de salir pitando, pero...”
Seducción

Aunque eso no significa que la maltrate ni la humille en ningún momento o, al menos, ella no lo siente así. Sencillamente, le exige que lo obedezca y cuando Ava ignora sus peticiones… la castiga con una sesión de cosquillas o de sexo hasta obtener un acuerdo positivo para él. Lo que da lugar a una serie de variantes que ellos mismos llaman: el polvo de entrar en razón, el polvo recordatorio, el polvo soñoliento, el polvo de disculpa, el polvo de represalia… Y no es que Jesse no le de oportunidades, de hecho, la mayoría de estos tratamientos correctivos vienen precedidos de una cuenta atrás. ¡Pero ella se lo pasa tan bien desafiándolo!

Soy tan patética como Jesse por hacer esto, estoy provocándolo a propósito. Estamos hablando del hombre que me obligó a dormir con un jersey de invierno en primavera porque había otro hombre en el apartamento. ¿Es necesario esto? Decido que sí. No puede seguir comportándose así.
Me peleo con el vestido y con la cremallera cuando se cruza con la costura a la altura del pecho. No voy a rendirme. Una vez subida me quedará bien. Estiro la parte delantera. Es muy agradable al tacto.
Descorro la cortina y me coloco frente al espejo de cuerpo entero para poder verme bien. ¡Vaya! Me queda genial. Es muy favorecedor, resalta mi piel de color aceituna y mi pelo oscuro.
—¡Jesús, María y José!
Me vuelvo y veo a Jesse con las manos hundidas en el pelo, dando vueltas de un lado a otro. Es como si le hubieran dado una descarga con una pistola eléctrica. Se para, me mira, abre la boca, la cierra de golpe y empieza a dar vueltas otra vez. La verdad es que me hace bastante gracia.
Se detiene y me mira con los ojos como platos, traumatizado.
—No vas a… No puedes… Ava… nena… ¡No puedo mirarte!
Se marcha recolocándose la entrepierna, murmurando no sé qué mierda sobre una mujer intolerable e infartos. Me quedo de nuevo a solas con el vestido.
La dependienta se me acerca con cautela.
—Está usted increíble —dice no muy alto, y después mira hacia atrás por si Jesse está cerca.
—Gracias. Me lo llevo.
Seducción

Como parte del entorno de Ava O’Shea, el lector encuentra personajes tan divertidos y entrañables como su mejor amiga, la descarada Kate, o los compañeros de trabajo: Patrick, el jefe bonachón; Tom, el gay estridente; Victoria, la barbie “naranja” y Sally, la tímida secretaria. Y, desde la parte del más que misterioso Jesse, están: John, su mano derecha; el despreocupado y atractivo Sam; Drew, un amigo asiduo a La Mansión; y Sarah, la asistente de Jesse y por quien Ava siente un rechazo instantáneo. Pero a lo largo de los tres libros irán apareciendo más personajes, algunos amigos y otros… amenazas.

Narrada en primera persona a través de la voz de Ava —lo que le da un estilo fresco, desenfadado y bastante cómico—, durante un presente que se desarrolla en Londres casi por completo, la trilogía tiene una serie de escenarios muy concretos, todos ellos son interiores, salvo por las carreras matutinas en St. James Park o alguna que otra localización que no podemos desvelar. Así que el ático del Lusso, la casa de Kate, La Mansión, las oficinas de Rococo Union y el Baroque son los principales y recurrentes a lo largo de toda la historia.

 
St. James Park

Y sí, si Jodi Ellen Malpas es reconocida ahora por haber destronado a E. L. James o a otras autoras de novela erótica, se deba a que esta trilogía, además de todo lo anteriormente comentado, contiene descripciones sexuales explícitas. De hecho, ese aspecto de la relación entre Jesse y Ava es muy importante, porque a él le cuesta demasiado hablar y lo utiliza como arma de negociación o de persuasión con ella.

Me sorprendo a mí misma moviéndome contra sus sacudidas pausadas, invitándolo a acelerar el ritmo. Este placer inesperado es increíble, y estoy al borde de tener el orgasmo más intenso de mi vida. Ni siquiera puedo creerme que lo esté haciendo. Necesito más.
—Sigue. —Pronuncio la palabra que jamás creí que diría.
—Sí, nena. ¿Te falta mucho?
—¡No! —grito, y me empotro contra él. Oigo sus gemidos mientras me coloca una mano sobre el hombro y la otra entre las piernas—. ¡Más fuerte! —grito. Lo necesito.
—¡Joder, Ava! —exclama, y me penetra con más ímpetu, agarrado de mi hombro y trazando círculos con el dedo sobre mi clítoris palpitante.
Lanzo la cabeza hacia atrás.
—¡Me viene! —grito.
—¡Espera! —me ordena.
Siento que su polla se hincha y se estira mientras continúa acelerando. Estoy ida de placer, casi delirante, y justo cuando creo que voy a desmayarme, brama:
—¡Ahora!
Y me dejo llevar.”
Seducción


Hasta aquí los rasgos generales de la trilogía, que se desarrollan básicamente desde el principio. Pero ahora vamos a pararnos en cada uno de los libros, con lo cual, dependiendo de hasta cuál hayáis llegado, tendréis que parar de leer en un punto o en otro de la reseña para no destruir la sorpresa del descubrimiento durante la lectura de cualquiera de los libros. Aunque, tranquilos, iremos avisando. De hecho, si no habéis empezado aún con la trilogía, ¡alto! Id a por ella y cuando hayáis acabado el primero, podréis seguir desde este punto.


SPOILERS de Seducción

Seducción, imagen de cubierta

Al final de Seducción, Jesse y Ava quedan separados al descubrirse el secreto del verdadero negocio al que se dedica el señor Ward. La Mansión no es un hotel de lujo, ¡pero tampoco es un prostíbulo! Sencillamente, es un club de sexo donde los socios, personas adultas, van a disfrutar de lo que más les gusta a ese respecto, ya sean orgías, sadomasoquismo o cualquier otra variante. Aunque, claro, a Ava casi le da un síncope al descubrirlo y rompe con Jesse. Pero luego intenta hablar con él y va al Lusso. El problema es que lo encuentra borracho y éste, en lugar de recibirla con los brazos abiertos, se comporta de una forma cruel con ella por primera vez.

Y, con ese final, empieza Obsesión. La segunda entrega es la del arrepentimiento. A Ava le toca ser adulta y luchar por lo que quiere. Y ya sabe, sin lugar a dudas, que Sarah es una lagarta con un objetivo muy concreto: el señor de La Mansión. Además, el lector se va encariñando más con Kate y Sam, que se traen unos jueguecitos más peligrosos de lo que se piensan. Mikael Van der Haus —¡juas!— guarda secretos y aparece una cliente nueva para Ava, la cansina de Ruth Quinn.

¡Pero! Como ya la perdió una vez y teme volver a hacerlo, la obsesión por controlar y proteger a Ava tiene a Jesse en un sinvivir toda la novela. Se va a ver la manipulación en estado puro de él contra la rebeldía cada vez más astuta de ella.

Cierra los ojos con fuerza y tensa los músculos de la mandíbula.
—¡Quítame las esposas, Ava! —masculla con los dientes apretados.
No podía esperar una respuesta mejor. Haré que me diga cuántos años tiene aunque tenga que mantenerlo así toda la mañana. De hecho, espero que aguante un rato. Creo que voy a disfrutarlo.
Apago el vibrador, lo dejo sobre la cama y abre los ojos lentamente. Espero a que encuentren los míos.
—¿Vas a decirme cuántos años tienes? —pregunto con total compostura.
—De eso, nada.
—¿Por qué te empeñas en ser un capullo cabezota? —inquiero. Es difícil disimular mi tono de enfado. No quiero que crea que me está sacando de quicio, pero incluso ahora se está comportando de un modo imposible.
—¿No soy tu dios cabezota? —replica con una pequeña sonrisa de satisfacción.
Le voy a borrar esa sonrisa de la cara. Me pongo de rodillas y le sostengo la mirada mientras me meto los pulgares por el elástico de las bragas de encaje.
Obsesión

Y… aunque Jodi Ellen Malpas va dando pequeños giros al argumento, más o menos inesperado, la bomba cae hacia el final. El último 20% de Obsesión hay que leerlo del tirón, a un ritmo frenético porque el ansia por saber qué sucede o qué ha sucedido, más bien, no deja parar hasta que no se cierra la tapa. Y, aún así, en ese momento seguramente que millones de lectores esperaron a hacerse con la tercera entrega porque… TODAVÍA sigue habiendo muchos secretos, cosas que no cuadran, motivaciones sin explicación… pero ahora pueden saciar su curiosidad con Confesión.


SPOILERS de Obsesión

Obsesión, imagen de cubierta

Al acabar Obsesión, se queda un gusto un poco amargo. Es terrible que la dependencia que ha desarrollado Jesse por el amor de Ava lo lleve a autodestruirse, bien sea bebiendo y acostándose con otras mujeres indiscriminadamente o bien, pidiéndole a la “zorra descarada” de Sarah que lo azote hasta perder el sentido. Aunque tanto eso como la dolorosa muestra de amor de Ava sirven para que la pareja se afiance y puedan seguir evolucionando.

El lector sigue sin saber quién ha drogado a Ava y para qué, pero los candidatos cada vez son más. Parece que a estos chicos los rodean personas muy leales y otras con intenciones de lo más oscuras. ¡Aunque por fin se descubre cuántos años tiene!

Con eso y la proposición de matrimonio de Jesse, termina Obsesión y comienza Confesión. Es el mismo día de la boda y están todos en La Mansión, los padres de Ava incluidos, pero se supone que piensan que es un hotel de lujo, nada más. Y Ava espera que siga siendo así durante toda la celebración, pero ese no será el único contratiempo que surja antes de que los novios abandonen la fiesta.

Y luego vendrán sorpresas y más sorpresas. No todas serán buenas, por más que ambos intenten permanecer juntos, el peligro acecha, reaparecen personajes del pasado, qué ha sucedido con las píldoras anticonceptivas, los errores buscan compensación… Y descubrir la verdad duele, aunque por fin Ava consiga comprender a Jesse en todas sus dimensiones.


SPOILERS de Confesión

Confesión, imagen de cubierta

Te has leído las 544 páginas de Seducción y las 581 de Obsesión, son más de 1100 páginas con Jesse Ward y Ava O’Shea, ¿y te vas a quedar con las ganas de saber los porqués? ¿Por qué él tiene esa consideración con Sarah? ¿Por qué no se habla con sus padres? ¿Por qué alguien le echa la droga de los violadores a Ava en la bebida? Y, sobre todo, ¿por qué Jesse es tan controlador con ella y solo con ella?

Una sugerencia… hay 590 páginas esperándote y no llevan el título de Confesión en vano.

Aquí un mini adelanto con el toque cómico que se refleja entre todo el drama y el sexo que hay en la trilogía.

“Vuelvo a sentarme sobre su cintura y le cojo la cara entre las manos.
                —¿Quieres que me la meta en la boca?
                Lo beso… con fuerza.
                —Sí.
                —¿Quién manda aquí, Jesse?
                Sonrío contra su boca y vuelvo a descender por su cuerpo. Libero su polla, la chupo y la mordisqueo, lamo la punta y luego el tronco entero.
                —Joder —gruñe—. Por Dios, Ava. Tu boca es alucinante.
                —¿Te gusta? —pregunto metiéndomela hasta la mitad y luego volviendo a sacarla.
                —Demasiado. Ya sé por qué me he casado contigo.
                Le doy un mordisco de advertencia.
                —¿Entera?
                —Sí.
                La envuelvo con la boca y me la meto hasta el fondo, hasta que choca contra mi garganta. Gime con fuerza y empuja con las caderas. Intento relajar la boca, aceptar la invasión, pero los reflejos me fallan y de repente estoy a punto de vomitar.
                ¿Qué me pasa?
                […] Si apenas había empezado. Me la he metido en la boca miles de veces y nunca me había pasado esto.” 
Confesión


Y, como diría Jesse, “mi trabajo aquí ha terminado”. 
¡Seguid leyendo!

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5 comentarios:

  1. Jo, yo no pude pasar del principio del primer libro >_<
    No es que me pareciese horrible, es que en ese momento no tenía muchas ganas de leer algo de este estilo, y eso de que Ava diese por sentado que la tipa esa era la novia de Jesse, me pareció excesivamente tontuno por su parte... no sé, no empatizaba con ella y lo dejé.
    Pero leyendo algunas citas del libro que has puesto... seguro que lo hubiera disfrutado si me apeteciese leer algo así! jajaja Eso de que él vaya como loco a defenderla me mola!

    No sé, tal vez algún día en un futuro me de por ahí y lo lea, quien sabe...

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  2. Cada libro tiene su momento. Y la trilogía de Mi hombre va de lo que cuento en la reseña, es algo que me gusta dejar claro para que la gente sepa lo que va a encontrarse cuando abra el libro. Así que si no es la temática que te apetece, déjalo para cuando surja ese momento. ;)

    Con respecto a lo que dices de Ava, sí... al principio es bastante desconcertante, piensas "pero, pero, peroooo... ¿y esta chica?". Sin embargo, según avanzas en la lectura, te resultan divertidos. Él tan mandón y controlador y ella, que ya le ha cogido el punto, se comporta de forma rebelde solo para provocarlo y disfrutar.

    ¡Un abrazo!

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  3. Cuantos años tiene Jesse? Por dios no me aguanto mas la intriga!!

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  4. ¡Ánimo, anónimo! Al final, es un dato que deja de tener importancia por todo lo demás que los rodea. Pero si te sirve de consuelo, Jesse está en una edad estupenda. ;)

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  5. Me pareció perfecta la trilogía, pero no en concreto tomando en cuenta el abandono de escena que tuvo Dan casi ante final del libro y no entiendo por que yessi no le contó toda la verdad a ava sobre que el hermano de ella es imprudente y que ya a tenido que salvarle el pellojo varias veces ???










    ,Pienso que este ultimo libro no ha sido el final y que la escritora tiene algo guardado para nosotros los lectores, que me encantara leer .

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