El gran
estreno de ficción de TVE, con series consolidadas como Isabel
o Los
misterios de Laura, ha sido la esperada El ministerio del tiempo.
Esta nueva producción se emitió este martes 24 de febrero como clara
competidora de Bajo sospecha, en Antena 3. Y el duelo fue intenso, aunque la
investigación de la desaparición de Alicia Vega le sacó casi cuatro puntos de share. Quizás por eso, en breve, TVE pasará a emitirla los lunes, ya sin tener que batallar contra la inquebrantable Velvet, que ha finalizado su segunda temporada.
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Cartel promocional de El ministerio del tiempo |
El
ministerio del tiempo está protagonizada por —el omnipresente— Rodolfo Sancho, quien interpreta a
Julián Martínez, un enfermero viudo sin ganas de vivir; Aura Garrido en el papel de Amelia Folch, una de las primeras
universitarias españolas, y Nacho
Fresneda como Alonso Entrerríos, un soldado de los Tercios de Flandes
condenado a muerte.
Ellos
tres son las nuevas adquisiciones de este peculiar y secreto ministerio, donde
trabajarán bajo las órdenes de Salvador Martí, a quien interpreta el grande Jaime Blanch, y junto a Irene Larra y Ernesto
Jiménez, es decir, Cayetana Guillén
Cuervo y Juan Gea
respectivamente.
Pero la
clave de esta nueva serie, con toda probabilidad, no vayan a ser los grandes
actores que conforman el elenco ni siquiera que por fin Televisión Española se
arriesgue con una producción de ciencia ficción, aunque sea ligera, sino la
complicidad que busca establecer con el espectador y así mantener su atención
y, de vez en cuando, conseguir algunas sonrisas.
En este
primer episodio de El ministerio del
tiempo, han sido muchos los guiños a la audiencia, algunos de los cuales no
todos hemos sido capaces de captar, bien por cuestiones culturales —están muy
vinculados a nuestra realidad— o sencillamente porque se escapaban a nuestra
perspicacia. Y aquí van algunos de ellos.
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Nuestra solidaridad con Julián. Te dicen eso y es para quedarse con esa misma cara tonto |
Tras
darle una descripción a un tal Diego, éste presenta un retrato robot de los
posibles criminales a Julián y Salvador.
JULIÁN
MARTÍNEZ: Son ellos. Son exactamente ellos. Es muy bueno.
SALVADOR
MARTÍ: No va a ser bueno, el jodío,
es Velázquez.
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Si no eres transeúnte habitual de la Gran Vía madrileña, probablemente no hayas reconocido a estos dos heavies |
Hay un
francés y un español, que actúa como su compinche, que han saltado desde 1808
hasta 2015 y pululan por Madrid en busca de pistas para hacer que Francia siga
ocupando España. En esa búsqueda se paran a preguntarle a la mítica pareja
heavy que está en Gran Vía a todas horas.
Amelia
llega al ministerio desde la Barcelona de 1880, reclutada por Irene, ya
veterana en estos casos.
AMELIA
FOLCH: Ay, qué vergüenza, Dios mío.
IRENE
LARRA: Tranquila, a mí me pasa lo mismo. En cuanto cambio de época, se me
descontrola la regla.
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Cabreo e indignación, ¡sí, señor!, el que siente Alonso y no es para menos. A ver si explican a lo largo de la serie cómo el pueblo español pasó de ser valiente a estar abotargado |
Después
de luchar en Flandes, Alonso no se explica la realidad de 2015 ni comprende qué
es eso de la Guerra de Independencia Francesa.
ALONSO
ENTRERRÍOS: ¿Un imperio como el español luchando por su independencia?
JULIÁN
MARTÍNEZ: Hombre, imperio, imperio…
AMELIA
FOLCH: Dos siglos después de usted, nos invadió Francia.
ALONSO
ENTRERRÍOS: No, no puede ser, el mundo era nuestro. ¿Y ahora somos soberanos o
rendimos pleitesía a alguien?
JULIÁN
MARTÍNEZ: Sí, al Banco Central Europeo.
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Ansiosos por saber qué opinión le han merecido a Alonso las aventuras de Diego Alatriste |
Pero el
desconcierto de Alonso no termina ahí, todos lo confunden con un tal Diego
Alatriste y en La Casa del Libro de Gran Vía ve varios ejemplares de las
novelas de Arturo Pérez Réverte. Es inevitable que se haga con uno de ellos
—aunque milagrosamente no salte la alarma— y se lo lleve a su casa en el Madrid
de 1569.
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Ernesto, interpretado por Juan Gea hace un guiño a la sastrería Cornejo, que lleva "disfrazando" a montones de personajes desde 1920 |
Para su primera misión, Amelia, Alonso y Julián necesitan mimetizarse con el entorno y el personaje de Juan Gea, Ernesto, se encarga de pedir el vestuario.
ERNESTO JIMÉNEZ: ¿Cornejo? Te envío dos hombres y una mujer, ropa de principios del siglo XIX. Avisa también a Antoñita, de peluquería.
CARRASCO:
¿Pero cómo que nos quitan la extra de Navidad? ¿Pero esto qué es?
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Rodolfo Sancho recuerda al personaje que popularizó su padre, el desaparecido actor Sancho Gracia, en un homenaje sencillo y efectivo. |
JULIÁN
MARTÍNEZ: ¿Tiene alojamiento?
POSADERO:
Justo me queda una alcoba y un chiscón. La alcoba para usted y su mujer, el
chiscón para su criado.
AMELIA
FOLCH: De acuerdo.
POSADERO:
Necesito sus nombres. Me obligan.
AMELIA
FOLCH: Amelia Folch.
ALONSO
ENTRERRÍOS: Alonso de Entrerríos.
JULIÁN
MARTÍNEZ: Curro Jiménez.
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Oye, que... igual y no, ¿eh? |
El equipo ha averiguado que en la misma fonda se hospeda Juan Martínez Díaz El empecinado, precursor y estratega
clave del alzamiento, y los franceses quieren matarlo.
AMELIA
FOLCH: Sé perfectamente quién es usted. Sé que combatió en el Rosellón, que
vino del campo, del pueblo de su esposa, que se levantó contra el invasor
cuando soldados franceses violaron a una muchacha en el pueblo… que Goya le
hizo un retrato.
EL
EMPECINADO: ¿Que quién me hizo qué?
JULIAN:
Que igual Goya no le ha pintado todavía.
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Este es el cuadro del que hablaba Amelia, la pintura de Goya de Juan Martínez Díaz |
Y ya hacia el final, hay otros dos momentos a destacar: uno, ácido y divertido, y el otro... crítico y triste.
El equipo está de vuelta en casa y se preocupan por la salud del Empecinado, a ver si no va a llegar vivo y a tiempo para salvar España de la invasión francesa.
ALONSO: Señora, ¿os puedo preguntar por la salud del que dicen El Empecinado?
IRENE: Está bien, recuperándose en un hospital.
AMELIA: ¿Y no se da cuenta de que no está en 1808?
IRENE: No, la mitad del tiempo está sedado. Además, hay una zona en el hospital reservada solo para nosotros y nadie sabe lo que pasa allí.
JULIÁN: ¿Y en qué hospital se puede hacer eso sin levantar sospechas?
IRENE: En el 12 de octubre... ¿por qué te crees que siempre hay zonas cerradas por obras?
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A ver si recordamos un poquito de historia... |
Y justo a continuación de la escena anterior, de hecho, parte de ella es este diálogo entre Alonso y Amelia.
ALONSO: Se va a salvar. Y va a echar a los franceses de suelo español, ¿no es así?
AMELIA: Sí.
ALONSO: Su rey estará orgulloso de él. (SILENCIO) ¿Por qué ponéis esa cara?
AMELIA: Su rey lo mandó ejecutar, a él y a muchos otros que lucharon por España.
ALONSO: ¿En vuestra época aún se lee El cantar del mío Cid?
AMELIA: Claro.
ALONSO: Nada ha cambiado desde entonces. ¡Dios, qué buen vasallo si hubiera buen señor!
Y ahí queda eso, que cada uno interprete lo que quiera.
Desde aquí solo añadir un ¡bien
por la ficción española!, que dentro de sus posibilidades —más limitadas por
imposición e influencias que por recursos y talento— sigue intentándolo. El
público parece que les está dando la oportunidad y en las redes sociales
triunfan. Esperemos que no nos defrauden y logren crecerse, que esto vaya en
aumento y avance, no se estanque ni decaiga.
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
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