Mikel
Santiago se estrena con esta primera novela. El autor, nacido en Vizcaya, ha
conseguido muy buenas críticas y algunos han llegado a compararlo incluso con
Stephen King, John Connolly o Jöel Dicker. Y la verdad, aunque habrá
disidentes, no es para menos. Veamos por qué.
La última noche en Tremore Beach, imagen de cubierta |
Peter
Harper es un reconocido compositor que está atravesando un mal momento creativo
y personal. Ha ido a “refugiarse” del mundo a una casita de la costa irlandesa,
Tremore Beach, cerca del pequeño y tranquilo pueblo de Clenhburran.
Una
noche, en la que esperan un fuerte temporal que tiene soliviantada a la mayor
parte de la población, Peter está invitado a cenar en casa de sus vecinos más
próximos, Leo y Marie Kogan, pero poco antes de salir escucha una voz que le
advierte que no salga ese día…
El
protagonista de la historia, además de narrador en pasado, es Peter Harper, un
tipo por quien el lector puede sentir simpatía fácilmente: solo, con el corazón
roto, frustrado, agobiado, perdido… pero no acabado, ni mucho menos. No produce
lástima, sino que despierta empatía y comprensión. Y parece una persona de
fiar, igual que sus vecinos y amigos, los Kogan. Leo y Marie son un matrimonio de
unos sesenta años, en buena forma, económicamente acomodados, naturales y
educados. E igual sucede con Judie Gallagher, la joven “amiga con derechos” de
Peter y dueña de la tienda multiventa
de Clenhburran. En realidad, todos allí son amables y simpáticos con él,
incluso algunos se exceden, como la encargada del correo Teresa Malone o la
señora O’Rourke. Así que ¿quién puede sospechar nada de nadie?
La nota
menos agradable la marca Clem, ex mujer de Peter, y su nueva pareja, Niels
Verdonk, cuya relación le ha supuesto al protagonista el fin de una etapa, de
una vida. De ella ahora le quedan dos niños, Beatrice y Jip, quienes ayudan a
Mikel Santiago a humanizarlo más si cabe. Puesto que la relación que Peter
tiene con su padre y la que tuvo con su madre ya demuestran la importancia que
tiene para este irlandés el vínculo familiar.
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Clenhburran, en principio, no existe, pero Donegal sí y ésta es una imagen de su costa |
Y
llegado el momento de comentar algo sobre los escenarios, como sucede en muchas
novelas, el entorno pasa a ser un personaje más, no en vano Tremore Beach ya
aparece en el título. Pero no es solamente la casa, sino el pueblo que Mikel
Santiago ha creado, Clenhburran, con sus gentes, su cine de verano y los
parroquianos del Fagan’s que le dan color
local a la historia. Es también Irlanda en sus diferencias, Belfast y su
convicción científica —falta de creencia— frente a las calles de Dublín, donde
está su infancia, la magia de sus recuerdos, su casa y el dolor de su familia.
Por
otro lado, en la lejanía de momentos ya pretéritos incluso en el pasado de la
narración, está Holanda, donde vivía Peter con Clem, Beatrice y Jip, donde
todavía viven ellos. Otro país dividido por las creencias o, más bien, por la
forma de creer y no. Pero con una imagen más ordenada, menos sentimental y
puede que hasta algo más aséptica que la de Irlanda. Y eso parece reflejarse
también en los personajes de La última
noche en Tremore Beach (Ediciones B, 2014).
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Mikel Santiago |
En
cuanto a la temática, resaltando que es una novela que han calificado como
perteneciente al género del thriller psicológico,
habría que decir que se destaca eso precisamente que mencionábamos unas líneas
antes: las creencias. Pero no en lo relativo a las religiones, sino más bien a
la decisión que cada uno toma de en qué y en quiénes creer. Además, la
relevancia de la familia y los amigos queda por encima de uno mismo, aunque eso
suponga precipitarse en el vacío.
Y, como
en toda buena novela de intriga, Mikel Santiago ha ido dejando caer miguitas de
pan por el camino para que el lector vaya recogiéndolas poco a poco, con ganas
de más, para poder averiguar qué es lo que está sucediendo. Así que sí,
engancha y mucho, porque, además, la tensión y la angustia van creciendo
gradualmente.
Por
otra parte, ha recurrido a los detalles, simples pero significativos, para que
quien lee pueda aferrarse a ellos una y otra vez, como si fuesen una guía, un
cabo de la cuerda que conforma la trama.
Con lo
cual, si os gustan este tipo de historias, donde existe un peligro o lo parece
y todos los personajes son encantadores ¡o lo parecen!, La última noche en Tremore Beach tiene que pasar a vuestra lista de
próximas lecturas ya, porque os va a encantar.
¡Leed!
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
es una buena idea
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