Es
Navidad, época de cuentos y otras mentiras. Pero en esta sección la sinceridad
está permitida sea cual sea la fecha. Por eso, ¿qué mejor manera de quitarnos
de encima tanto endulzamiento turronero que volver a nuestra lista de
personajes que enviaríamos a la isla del doctor Moreau sin pasaje de vuelta, a
hacer compañía a los de la entrega anterior.
Así
que, ya que no muchos pueden decirle a la suegra o al hermano cuatro cosas
bien dichas, aquí tenéis un hueco para explayaros con dos personajes de
ficción, que ni sienten ni padecen.
Pero
antes, un aviso: ¡Cuidado, spoilers!
Y
empezamos con Jessica (Morena Baccarin), la mujer de Brody (Damian Lewis) en Homeland, una serie que nos tuvo a todos
pegados a la televisión con su primera temporada. Que sí es un terrorista, que
no y Carrie (Claire Danes) está como una moto. En la segunda, flojearon un poco
y la tercera fue para meter los dedos en el puerto del móvil para el cargador y
tratar de electrocutarnos. Ya lo hablábamos aquí (aunque la cuarta temporada
está siendo genial). Pero ahí estaba ella, la incombustible Jessica, igual de
insoportable y cansina.
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Morena Baccarin enfurruñada en su papel de Jessica |
En un
principio, el espectador podría sentir cierta empatía o compasión por ella. Un
día, le comunican que su marido ha desaparecido en una operación durante la
guerra de Irak, aunque no han encontrado su cuerpo. Ocho años más tarde, cuando
sus dos hijos ya son adolescentes y ella ha rehecho su vida junto a Mike (Diego
Klattenhoff) —el mejor amigo de Brody—, le comunican que lo han encontrado y
vuelve a casa. Él es un extraño y ella no puede decirle que ya no lo quiere,
porque sigue sintiendo algo por el hombre que fue y la necesita. Así que
renuncia a la relación que tiene con Mike e intenta mantener unida a su
familia.
Sin
embargo, utiliza unos métodos pésimos para ayudar a Brody y a sus hijos. Repite
y repite lo mismo. Trata de actuar como si fuese una situación normal, cuando
su marido llega de estar ocho años cautivo, con el cuerpo lleno de cicatrices
debidas a las torturas. Lo asfixia con sus atenciones y exigencias. Y, para
colmo, es débil y no es lo mismo Diego Klattenhoff que Damian Lewis… Así que
está ahí atosigando a Brody, mientras sigue dale que te pego con Mike en
escenas un poco subidas de tono.
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Damian Lewis es Brody... |
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Y Diego Klattenhoff es Mike, el amable y considerado Mike. Te entendemos, Jessica, pero eres mu pesá |
Es la
típica madre soltando su perorata hasta poner al espectador y a los demás
personajes la cabeza como un bombo. Eso, unido a la tensión que generan las
otras tramas sobre ataques terroristas, asesinatos y espionaje, hace que cada
vez que Jessica Brody aparece en pantalla den ganas de pegarle cuatro gritos.
Otro
cansino como él solo, el presidente Fitzgerald Grant (Tony Goldwyn) de Scandal. Esta serie es muy ágil, con
tramas disparatadas que enganchan a cualquiera y unos personajes tan extremos
que resultan caricaturescos. Y estos, por muy raros que puedan llegar a ser,
terminan por caer bien al público. Unos más, otros menos, porque al final cada
cual tiene sus favoritos. Aunque los mejores son el jefe de gabinete Cyrus Bean
(Jeff Perry) y la primera dama, Mellie Grant (Bellamy Young).
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Tony Golwyn muy reconcentrado, porque el presi Grant es un tío mu sentío |
Bien,
pues… el presidente Grant, en su relación adúltera con Olivia Pope (Kerry
Washington) y pretendiendo regirse por unos ideales que quedan muy lejos de sus
acciones, es un cargante. Es así. Aparece y da tiempo a poner el lavavajillas,
leer y responder a los del grupo de whatsapp, ver las menciones en Twitter y
hasta a hacer la declaración de la Renta. Y eso se debe a que su presencia
ralentiza el reloj y, sospecho, incluso llega a detenerlo.
Un tipo
que no para de hablar del honor, la moral y la transparencia, que pretende
sacrificarse y les echa en cara a todos los que lo llevaron al poder los actos
que cometieron para conseguirlo, pero… luego, cuando una amiga de confianza
amenaza con decir la verdad, Fitz Grant coge una almohada y aprieta hasta matarla.
Eso sí, después da un discurso muy sentido en su funeral.
Es uno
de los peores malos que hay, es el malo que va de modosito, puro e inocente.
Le
organiza un pollo a Mellie, su mujer, y al vicepresidente cuando se entera de
que se han liado, porque a él lo consideraba su amigo y ella no tiene
vergüenza. Pero no se acuerda de cuánto le ha restregado a Mellie durante años
y años su apasionado romance con Olivia Pope. Es más, él ha reconocido
públicamente su traición a la primera dama, aunque no exactamente con Olivia
para no involucrarla, tras una filtración a la prensa. Y es Mellie quien tiene
que dar la cara y aguantar la compasión y la vergüenza.
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Olivia y Fitz en una de esas escenas que dan ganas cambiar de canal |
Y si ya
su conducta es cuestionable, encima esas escenas empalagosas en las que le dice
cursiladas tremendas a Olivia sobre un supuesto amor que no se cree nadie con
dos dedos de frente.
Menos
mal que Cyrus, Mellie, Huck (Guillermo Díaz), Quinn (Katie Lowes), David
(Joshua Malina), Abby (Darby Stanchfield), Eli Pope (Joe Morton)… lo compensan
con creces, porque si no, no habría quien lo aguantara.
¿Y tú a
quién montabas en el avión hacia la isla del doctor Moreau?
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
Empatía y tolerancia cero con esa petarda. Y la hija es 3/4 de lo mismo. Mira, qué familia...
ResponderEliminarMenos mal que ya no los tenemos que aguantar :DDDDDDDDDD
Hemos ganado calidad de vida en la t4 ^^. Por cierto ¡cómo está la cuarta temporada!
Ya decía yo que a Carrie no le hacía falta el "combo Brody cansino" para mantenernos pegados a la pantalla. Qué buena actriz es Claire Danes y qué mejora en la trama.
Al otro, no lo conozco porque no veo esa serie pero, me lo imagino :P
Esperamos más entregas de este estilo.
¡Por falta de personajes "hostiables" en las series no será!
Saludos.
¡Hola! ¡Gracias por comentar!
ResponderEliminarLa hija tenía un papel decente en la primera y segunda temporadas, pero en la tercera fue un verdadero suplicio. El novio loco y ella soná perdía eran aburridísimos.
Scandal es una serie muy entretenida. No tiene una trama espectacular y el trabajo de los actores no es reseñable, salvo excepciones. Sin embargo, engancha con mucha fuerza... Al presidente Grant ahora lo sacan sin camiseta a ver si así la gente deja de tener impulsos de cortarse las venas cada vez que aparece él y su rollo idealista injusto.
¡Un abrazo y feliz 2015!